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Burriana: La familia del Cardenal firman la cesión del legado a los Salesianos de Burriana

La familia del Cardenal Vicente Enrique-Tarancón ha firmado la cesión del legado del prelado a la comunidad de los Salesianos de Burriana y así quedó reflejado en el documento de cuatro páginas en el que además de enumerar todos los bienes entregados hace ya algunos meses, también se recogen los compromisos que adquiere la comunidad salesiana. Se trata de una donación que se efectúa en calidad de "depósito voluntario y gratuito de los bienes a la iglesia de María Auxiliadora de Burriana, por medio de su párroco, Pascual Lluch".
La cesión se efectúa, recoge el documento, porque "es deseo y decisión del legatario -el sobrino del Cardenal- que sea en dicha iglesia o en sus dependencias donde permanezcan bajo la guarda, custodia, cuidado, mantenimiento, dirección y control del párroco actual y los que le sucedan" y siempre condicionado a que "la depositaria -la parroquia- esté regida por la comunidad salesiana" y que el legado quede expuesto y puedan conocerlo y estudiarlo los interesados en la vida y pensamiento del Cardenal.
De este modo queda sellado el acuerdo y asegurado que el legado del prelado se queda en Burriana. Una parte del mismo está expuesto en vitrinas y, entre otros, se encuentran el birrete de la proclamación como doctor Honoris Causa, un cáliz regalado por la familia con motivo de las bodas de plata sacerdotales, la famosa carta pastoral 'El pan nuestro de cada día' (Solsona 1950), un cáliz regalado por la ciudad de Burriana en su nombramiento como arzobispo de Oviedo, el primer pectoral del Cardenal, reconocimientos de la Generalitat Valenciana, el Consell Valencià de Cultura, la fundación Lo Rat Penat, el Llagostí d'Or, de Vinaròs, la mitra que llevó en su entrada como arzobispo de Oviedo, un rosario donado por Juan Pablo II, o la homilia pronunciada en San Jerónimo el Real de Madrid en la coronación del príncipe Juan Carlos I como Rey de España en 1975.
El resto del legado no expuesto, son los documentos, anotaciones y demás que pueden consultarse, algunos de ellos incluso ya de manera digital.
Las dos partes mostraron la satisfacción por la cesión del legado. En este sentido el párroco dijo que "la documentación está a disposición de quien quiere investigar", al tiempo que el sobrino del Cardenal apuntó que "quería que se quedará en Burriana y va a ser así gracias a los Salesianos y a Pascual Lluch. En 1997 debería haber estado en funcionamiento el Museo Parroquial y a día de hoy aún no lo está".
Amb la col.laboració de:
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Generalitat Valenciana