Burriana: Maika Castellano: 'Veo pistolas apuntándome por todas partes'

Veinticuatro horas después de haber sufrido un atraco con una pistola y violencia, Maika Castellano regresó a su puesto de trabajo, aunque con muchas secuelas y recuerdos de los momentos vividos. Y es que ayer aún tenía "recuerdos constantes" del angustioso minuto que transcurrió entre que el que parecía que un cliente como otro cualquiera de la carnicería le pedía unos trozos de magro y su huída por la puerta trasera del establecimiento.
"Los recuerdos que tengo son lo peor. No puedo descansar ni en el sofá. No veo otra cosa más que una pistola grande apuntándome y no para de darme vueltas a la cabeza". Lo de menos es el fuerte golpe que le propinó el atracador en el pómulo derecho y eso que fue tal el impacto que desde el centro de salud la enviaron al Hospital La Plana para descartar que tuviese alguna fractura.
Pasó la noche "mal, muy mal, con recuerdos constantes" porque, añadió "pensar que tienes una pistola delante es muy fuerte. No lo doy a pasar a nadie".
Pasado el atraco, le queda lo peor: "Me queda el susto y dejarlo atrás. Voy por la calle y todo el rato mirando hacia atrás y persona que veo con gorra me fijo para verle la cara. La verdad es que voy asustada".
Se trata de una experiencia que nunca olvidará pero de la que saca una conclusión y da un consejo:"No hay ni que pedir auxilio, ni plantar cara a un atracador. Dejar que se vaya y punto". Y es que precisamente por eso, por pedir auxilio "cuando iba a marcharse por la puerta de detrás, se giró y me pegó un puñetazo y me dejó 15-20 minutos que no sabía ni que hacía". Recuerda que "fue algo institivo, pero no hay que pedir auxilio".
Lo que tiene claro es que el atracador lo tenía todo estudiado: "Normalmente a las siete y media de la tarde suele estar la policía local por allí porque aveces hemos ido a tirar la basura y han habido casos de riñas entre la gente que la quería, pero vinieron antes. Además, hacía 10 minutos que se acababa de ir mi marido y por lo general somos dos personas. En ese momento se dio todo lo contrario de lo habitual". Pero no hay tiempo para secuelas y ayer mismo ya volvió a trabajar. "Cuando entré por la mañanan, enseguida me salí corriendo porque tengo miedo y no paras de pensar 'y si vuelve otra vez', pero, por otra parte, tengo que ir a trabajar".
Fue un susto grande y por un botín pequeño, en caja prácticamente sólo había el dinero del cambio porque se vacía al mediodía y por la noche. No sabe si la pistola era de verdad o no, pero tiene claro que se trataba de una persona de nacionalidad española y de tez oscura y aunque "los clientes me han dado apoyo y estuvieron conmigo hasta que llegó la policía, lo malo es que te preguntan y te hacen recordar las cosas una y otra vez"..
Amb la col.laboració de:
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